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Llegamos a la tercera y última entrega sobre qué hacer ante un incendio en el hogar, y en esta entrega final nos centraremos en una situación extrema, ya que veremos qué hay que hacer y no hacer si las llamas nos alcanzan o alcanzan a uno de nuestros familiares, ya que lamentablemente es una posibilidad que se da en numerosas ocasiones en situaciones de emergencia por fuego en una casa.

Es posible que, a pesar de la correcta prevención y de la correcta actuación ante un fuego real, finalmente la situación genere que alguien sea alcanzado por el fuego, y es muy importante tener una reacción rápida y correcta en los primeros instantes.

Si somos capaces de controlar el pánico y los nervios podemos llevar a cabo medidas y actuaciones que anulen, o minimicen mucho, la posibilidad de heridas leves o incluso graves, y es por eso que insistimos en que la primera reacción, las primeras medidas que se tomen, son importantísimas para proteger a nuestras familias y a nosotros mismos.

Nos centraremos en pocas medidas, sencillas y fáciles de recordar, pero que son fundamentales y muy necesarias de llevar a cabo.

1- Si la ropa se incendia, hay que rodar por el suelo y tapar las llamas.

Si nos alcanzan las llamas a nosotros o a algún miembro de nuestra familia hay que evitar correr dejando que los nervios nos dominen. Sabemos que es fácil decirlo desde una situación tranquila, pero hay que intentar por todos los medios recordar esta medida, ya que al correr generamos que el fuego se alimente todavía más y lo podemos potenciar.

Hay que lanzarse al suelo y empezar a rodar, e intentar apagar el fuego con una manta, chaqueta, o con cualquier pieza de ropa grande que ahogue el fuego. Además, al rodar, también conseguiremos ahogarlo, debido a la presión que se ejercerá con el cuerpo contra el suelo, conrtándole el suministro de oxígeno, de tal manera que un fuego de pequeña e incluso media intensidad puede ser apagado con este simple movimiento.

Una vez cubrimos con una manta o pieza de ropa grande las llamas, hay que intentar aguantarla y mantener la presión hasta que las llamas se apaguen, y si no hay heridas o son muy superficiales y la víctima está bien, dentro de lo que cabe, proceder a sacarse la ropa para que el calor acumulado no pueda generar lesiones.

Si, una vez apagadas la llamas, todavía estamos en zona de peligro, primero procederemos a salir de dicha zona, ya sea del hogar o de la escalera, y luego nos preocuparemos de sacarnos las ropas que han prendido previamente. No debemos entretenernos a sacarnos la ropa si todavía no hemos desarrollada toda la acción de evacuación que detallábamos en el capítulo anterior de esta serie de artículos.

2- Si las llamas han alcanzado el cabello, utilizar un trapo húmedo.

La cabeza es una zona especialmente sensible en caso de llamas, ya que los daños que el calor pueden producirnos son de una gravedad a tener, si cabe, más en cuenta.

Por eso, una vez apagadas las llamas con una manta, chaqueta o cualquier pieza de ropa que ahogue el fuego, hay que proceder a cubrir la cabeza con un trapo húmedo tan pronto como sea posible. La acción de la humedad que acumula el trapo hará que la temperatura ocasionada por las llamas baje, de tal manera que buscaremos restablecer tanto como sea posible la situación y la temperatura normal para evitar daños, mareos o pérdidas de consciencia posteriores a las llamas.

 

Una vez hayamos conseguido apagar las llamas de la ropa o del cabello, debemos insistir, lo primero es asegurarse de que estamos fuera de la zona de peligro y entonces dejar que los profesionales sanitarios realicen su trabajo.

Jamás hay que poner agua, cremas, o cualquier otra sustancia sobre una herida por llama de fuego, sea leve o grave, y hay que esperar que los servicios de urgencias tomen las medidas para las que están preparados, ya que nosotros no lo estamos y podemos cometer un grave error.

Nuestro objetivo y todo lo que podemos hacer como personas no formadas en el ámbito sanitario ya está hecho, hemos conseguido apagar las llamas ahogando el fuego, hemos puesto a la persona fuera de la zona de peligro y en caso de que haya ardido el cabello, hemos intentado conseguir un trapo húmedo para cubrirle la cabeza.

Bien, hasta aquí esta serie de posts en los que nos hemos centrado en qué debemos hacer cuando la prevención no ha sido suficiente y se produce un incendio en el hogar. Para finalizar, os queremos recorda que hay una norma que es muy simple a la par que muy complicada. Efectivamente, lo habéis acertado, os queremos recordar una vez más que lo más importante cuando vivimos una situación de emergencia es controlar el pánico, el miedo, y los nervios, para intentar pensar con calma y claridad y poder aplicar lo aprendido.

Esperamos, obviamente, que nunca os haga falta aplicar lo que hemos aprendido en estos tres artículos, pero si lamentablemente se produce una situación de emergencia por fuego esperamos que os sirva todo lo que os hemos explicado.

Ah, y recordad, la prevención en equipo siempre es más efectiva, así que comparte este artículo si te ha gustado y si te ha parecido útil e interesante !!

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