Bienvenidos de nuevo a PrevenBlog,

Por segunda semana consecutiva dedicamos nuestro post a los vehículos, a nuestros coches, para conseguir entre todos que una correcta prevención y actuación anule, o disminuya mucho, el riesgo a vivir un episodio desagradable. En el caso de hoy, concretamente, nos centraremos en qué hacer si a pesar de todas las medidas de prevención se ha producido un fuego.

Antes de entrar en materia, y como ya hemos hecho otras veces, queremos primero recordaros que siempre tendremos un enemigo común a todas las situaciones en que las llamas aparecen, el pánico.

Así, de nuevo, os recomendamos nuestros dos artículos dedicados a la prevención y gestión del pánico, ya que siempre pueden ser de ayuda, sea cual sea la situación de peligro.

Recordaréis que la semana pasada nos centrábamos en la prevención de un incendio en nuestro vehículo, y que os explicábamos toda una serie de medidas para que esta situación no se dé. Tal y como en ese artículo os decíamos, esta semana nos vamos a centrar en qué hay que hacer, y qué no hay que hacer, si lamentablemente el fuego ya ha aparecido, y así sabremos cómo minimizar al máximo el riesgo que conlleva la aparición de llamas mientras circulamos con nuestro coche.

Detenerse inmediatamente.

Esta medida es la primera y más lógica. No hay que intentar llegar a ningún lugar en concreto, por más seguro que pensemos que puede ser, hay que detenerse apartando lo más que se pueda el coche de la circulación y poner el freno de mano, para evitar que en caso de desnivel el vehículo en llamas pudiera desplazarse.

No abrir el capó del coche.

Se ubique o no el fuego en el motor, debajo del capó, hay que evitar abrirlo, ya que eso podría ayudar a la propagación del fuego, debido a la entrada masiva de oxígeno, o a una llamarada que pudiera herirnos gravemente.

Salir del vehículo y alejarse

Todos sabemos lo valioso que es un coche para una persona o familia, pero hay que evitar quedarse o intentar apagar el fuego con cualquier recurso inadecuado. Hay que salir del vehículo, sin atropellamientos, puesto que podríamos ser atropellados por algún otro vehículo.

Hay que salir deprisa pero con serenidad, sin correr y siempre observando el tráfico. Deberemos alejarnos a una distancia prudencial, más o menos unos 30-40 metros como mínimo, para conseguir una distancia de seguridad en caso de propagación de las llamas o de explosión del vehículo en contacto con el carburante o con otras sustancias propias del vehículo.

Insistimos, esta maniobra de evasión hay que realizarla de forma fluida pero sin atropellamientos, y observando con atención el tráfico, para evitar un accidente con otro vehículo en circulación.

Pedir ayuda y esperar.

unnamedUna vez nos hayamos alegado, hay que llamar a los Bomberos, a al 112 teléfono de emergencias, para que sean los profesionales de la extinción de incendios los que procedan a una correcta operación de socorro.

Debemos evitar intentar apagar el fuego nosotros mismos, por muy “doloroso” que sea ver que nuestro coche se quema, ya que lo más importante es la integridad de nuestros acompañantes y la nuestra, de tal manera que una vez que nos hayamos alejado del coche no debemos volver, y esperaremos la intervención de los bomberos.

Tal y como hemos comentado en el punto anterior, si nos acercamos el vehículo para intentar apagar las llamas podríamos sufrir graves daños provocados por una explosión, ya que frecuentemente vehículos en llamas sufren pequeñas, o grandes, explosiones que, además de la onda expansiva propia, ayudan a la propagación de las llamas o de elementos del vehículo que actuarían como proyectiles.

 

Bien, una semana más seguimos intentando minimizar todo lo que podamos los riestos de aparición del fuego y, en caso de que aparezca, seguimos procurando que todos juntos aprendamos cómo actuar, teniendo presente, y no nos cansaremos de repetirlo, que el pánico siempre actuará en nuestra contra, y que muchas veces seremos capaces de aplicar las medidas que aquí aprendemos en función de nuestra capacidad de mantener una cierta calma y sangre fría.

Recordad que si el pánico aparece, el riesgo a hacer mal las cosas en una situación de emergencia crece proporcionalmente, y en el caso de los incendios en vehículos no es una excepción.

Esperemos que esta serie de dos capítulos dedicados a los vehículos os sea de utilidad, aunque como siempre os decimos, esperemos que nunca tengáis que aplicar lo que hemos aprendido juntos en estos posts. Pero bien, si lamentablemente os toca aplicarlo, estaremos muy contentos de haber sido una ayuda para todos vosotros.

Para finalizar esta serie, simplemente recordad que, por el motivo que sea, en cualquier época del año puede aparecer una situación de incendio en nuestro coche, pero los meses de verano son los que más atención y prevención nos exigen, debido a que se conjugan frecuentemente dos factores clave: altas temperaturas y conducciones de muchas horas.

 

Como siempre os invitamos a compartir este post y os recordamos una vez más que la prevención en equipo siempre es más efectiva. Gracias por seguir PrevenBlog !!

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