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Hoy nos apartamos bastante de nuestra temática principal, es cierto, pero hemos considerado que en estas fechas era apropiado añadir un tercer artículo a nuestra serie sobre las quemaduras, y en concreto dedicamos este artículos a facilitaros consejos para tratar quemaduras provocadas por el sol.
Nos centraremos en medidas domésticas, caseras, de aquellas medidas que se pueden tomar con acciones sencillas o cosas que tenemos en casa de forma habitual, por lo que es evidente que lo que queremos es focalizar nuestra atención en quemaduras leves provocadas por el sol, pero no en las graves.
En caso de quemaduras graves en las que aparezcan ampollas y/o un fuerte enrojecimiento lo que debemos hacer es acudir al centro de urgencias más cercano, para que sean los profesionales sanitarios los que tomen las medidas oportunas.
Así, insistimos, hoy nos centramos en aquellas quemaduras leves que pueden tratarse y aliviarse con remedios caseros y que no provocarán problemas a la persona afectada, más allá de las molestias propias de tener la piel quemada por el sol después de un día de playa en el que no hemos aplicado medidas preventivas adecuadas.
En cuanto a la prevención, simplemente citar las ya conocidas, es decir, utilizar el protector adecuado al tipo de piel (especialmente en las primeras tomas de sol), hidratarnos regularmente, y si es posible alternar los ratos de sol con tiempo en la sombra, por ejemplo, utilizando la sombrilla. También recomedamos cubrirse la cabeza con una gorra y los primeros días ponernos durante ratos alternados la camiseta.
Así pues, pasemos a citar las medidas a tomar si hemos estado un poco descuidados con el sol en un agradable día de playa.
Enfriar la zona quemada
Tomar un baño de agua “templada-fresquita” ayudará a bajar la temperatura del cuerpo y las molestias inherentes a la quemadura. Posteriormente, es muy conveniente aplicar paños con agua fría en las zonas quemadas.
Aplicar cremas hidratentes, after-sun o aloe vera.
Es muy interesante no aplicar sustancias que deberían estar solamente recomendadas por un profesional sanitario. Así, es muy apropiado aplicar cremas hidratantes que ayuden a la piel a reponerse y alivien la sensación de calor de la persona que se ha quemado por el sol.
Los denominados “afer-sun” están indicados para utilizarlos siempre después del sol, y también son apropiados para estas situaciones, dels mismo modo que el aloe vera, que es una sustancia muy beneficiosa para, entre muchas otras cosas, el tipo de quemadura que estamos tratando en este artículo.
Es muy recomendables poner crema abundante en varias ocasiones durante el día, no limitarnos a ponerla solamente una vez al volver de la playa o después de la ducha, tal y como hacemos de forma habitual al volver de la playa.
Aplicar a la zona quemada paños de manzanilla.
La manzanilla es muy útil para calmar la quemadura y hacer que la persona se sienta un poco mejor y que su sensación de calor disminuya.
Debemos hacer una infusión, dejar que se enfríe mucho poniendo hielo, y aplicar paños empapados en la manzanilla ya fría sobre la zona afectada. Este remedio es realmente “casero” y muy práctico, os garantizamos que al persona se sentirá mejor al instante.
Beber agua para hidratarse.
Es importantísimo beber más agua de lo habitual. Hay que pensar que, aunque las quemaduras sean leves, el cuerpo tiende a deshidratarse y debemos reponer esta falta de agua bebiendo más de lo que ya solemos, y debemos, hacerlo durante el verano.
No volver a exponer la zona quemada al sol.
Frecuentemente, y en especial en el caso de los niños, este es el remedio que más cuesta poner en práctica, y todos los padres y madres nos darán la razón.
Hay que tener presente que los remedios utilizados serán inútiles si al día siguiente exponemos la zona quemada otra vez a un rato considerable de sol. La persona quemada debe llevar camiseta incluso al bañarse y permanecer a la sombra todo lo que sea posible, llegando si hace falta a no ir a la playa durante un par de días al menos para que la piel se reponga.
Sabemos que es “misión imposible” conseguir que un niño no vaya a la playa estando en una zona de costa en vacaciones, o a la piscina sea donde sea, pero también hay que contar que es posible que el propio niño sea el primero que no quiere volver a pasar las molestias de quemarse, y por ahí hay que tratar de convencerle para que no empeore la situación que estamos intentado arreglar.
Os desamos a todos un muy feliz verano, unos días de playa maravillosos, y ojalá que no tengáis que poner en práctica estos consejos, aunque está claro que os puede ir muy bien conocerlos.
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