Bienvenidos de nuevo a PrevenBlog !!

Cerramos esta mini-serie de artículos dedicados a cómo debemos actuar ante quemaduras, ya sean propias o de otra persona, y hoy nos centramos en las quemaduras graves.

La semana pasada os propusimos toda una serie de indicaciones para saber qué hacer, y qué no hacer, ante una quemadura leve, quemaduras que en muchos caso no necesitan de asistencia médica o que, en caso de necesitarla, es una asistencia no hospitalaria y sin ningún tipo de ingresos. Hoy, nos vamos a centrar en situaciones más graves, situaciones en las que fácilmente detectamos que se trata de una quemadura grave y que de buen seguro necesitará de asistencia médica.

No hace falta aclarar que lo primero que hay que hacer es llamar al servicio de urgencias o prepararse para acercar al herido al centro de urgencias más cercano, pero es importante saber qué hacer y qué no hacer en ese primer momento en que se produce la quemadura.

Las situaciones que suelen provocar quemaduras graves en el hogar, sin necesidad de entrar en una situación de incendio y llamas, son habitualmente provocadas por líquidos a alta temperaturas, tales como café, agua hirviendo, etc. o por intensas exposiciones a fuentes de calor muy potentes.

Lo primero que debemos hacer mientras esperamos al servicio de urgencias o antes de aproximarnos al centro más cercano para que los profesionales sanitarios actúen se puede resumir en estas medidas, entre las que incluímos, insistimos, lo que debemos y lo que no debemos hacer:

Poner la zona quemada bajo agua fría.

shower-1027904_640No nos cansaremos de repetirlo, no hablamos de apagar llamas con agua, que ya sabemos que no hay que hacerlo, tal y como vimos en anteriores posts , hablamos de refrescar y bajar la temperatura de una zona quemada pero en la que no hay llama, hablamos de una zona quemada por contacto con fuentes de calor tales como, por ejemplo, líquidos hirviendo.

En este caso, hay que poner la zona quemada bajo agua fría, y si por ejemplo la zona es extensa, habrá que poner directamente al herido bajo la ducha, con agua fría, pero no helada, es decir, fría pero con un punto tebia, para evitar un contraste demasiado fuerte. Con esto, bajaremos la temperatura de la zona quemada.

No despegar nunca la ropa quemada que se ha adherido.

Esto es importantísimo, ya que si arrancamos la ropa adherida a la piel quemada podemos arrancar tejidos y capas de la piel más allá de la superficial, y esto puede provocar graves heridas que empeorarán la situación inicial.

Debemos dejar que sean los profesionales sanitarios los que, con sus conocimientos y en un entorno esterilizado, procedan a separar estos tejidos quemados y adheridos de la piel quemada de la persona que ha sufrido las quemaduras.

No aplicar pomadas ni ninguna sustancia

Esta medida ya os la comentamos la semana pasada en el post sobre las quemaduras leves, pero insistimos porque podemos hacer mucho daño sin querer al herido si ponemos pomadas o sustancias sobre una zona quemada, ya sea leve o grave.

Serán los responsables sanitarios los que, a posteriori de las primeras actuaciones en un entorno apropiado y esterilizado, apliquen pomadas específicas para ayudar en el proceso de curación de una zona quemada, pero nunca debemos ser nosotros lo que lo hagamos, puesto que no tenemos los conocimientos necesarios para hacerlo como es debido.

No tocar ni actuar sobre piel muerta o ampollas

También esta medida fue comentada la semana pasada, pero es importante recordar que nunca debemos pinchar las ampollas ni arrancar o extraer piel muerta. Dejemos por favor que sean los médicos los que lo hagan cuando y de la manera que ellos crean conveniente.

Es un impulso muy humano proteger a un ser querido que ha resultado herido, y podemos caer en el error de pensar que arracar la piel muerta o pinchar ampollas puede mejorar la situación del herido, pero es un grave error, puesto que podemos abrir caminos a gérmenes que infecten y empeoren una situación ya de por sí complicada y peligrosa

No dejar solo al herido.

ambulance-155854_640Aunque pensemos que está bien y veamos que está consciente, un herido por quemaduras graves puede desmayarse, tener una bajada muy fuerte de temperatura, y hay que estar con él para tener consciencia en todo momento de cómo está en cada momento.

Pensemos que un herido por quemaduras graves podría necesitar incluso reaminación cardio-pulmonar, y si sabemos hacerlo, deberemos actuar rápidamente. Por esto, es fundamental no dejar al paciente solo. Además, un herido suele estar muy asustado e incluso desorientado, y la simple companía que le podamos dar será un factor de calma importante que le ayudará a no aumentar una situación de shock y de nervios muy elevados.

Es decir, el factor psicológico también es importante, si estamos con el herido se sentirá más seguro, protegido y tranquilo, y está claro que esto no le curará, pero al menos no sufrirá nuevos síntomas como nerviosismo extremo y pánico incontrolable.

A partir de haber llevado a cabo estas acciones, nuestra misión es clara. Calmar al herido, repetirle con mucha tranquilidad que los servicios de urgencia están llegando y que nosotros estamos con él, que no lo dejaremos solo y que estamos a su lado. Puede parecer una tontería, pero no lo es en absoluto.

Pensad en el miedo que se siente cuando sentimos un dolor fuerte y lo importante que es tener a alguien cerca que nos haga sentir acompañados y atendidos.

 

Bien, cerramos esta mini-serie de posts para actuar ante quemaduras leves y graves, recordando una vez más que, salvo en el caso de quemaduras realmente leves, tenemos que limitarnos a hacer lo que os hemos recomendado y esperar a que los profesionales sanitarios realicen su trabajo para curar al herido.

 

Os invitamos una vez más a compartir este artículo en vuestras redes y esperamos que nunca tengáis que aplicar lo aprendido, pero si desgraciadamente es así, esperamos que os resulte útil, gracias a todos !!

Tipos de quemaduras, recuerda!!

Quemaduras de primer grado: la piel está simplemente enrojecida, y la zona afecta es pequeña, muy poco extensa.

Quemaduras de segundo grado: se queman capas internas de la piel, se forma ampollas y zonas de piel muerta por la acción del calor.

Quemaduras de tercer grado: la piel está carbonizada, se han visto afectadas todas la capas de la piel y los músculos, vasos e incluso huesos pueden estar quemados. También quemaduras de grados inferiores pero de gran extensión puede considerarse de este nivel.

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